Reciclar significa obtener
materia prima a partir de un residuo ya sin uso para volver a elaborar un
producto similar o totalmente diferente.
Se consigue eliminar
gran cantidad de basura, crear puestos de trabajo y ahorrar en energía y
materias primas.
Papel y cartón: Se obtiene de los
árboles, por eso, el reciclado del papel va a evitar que se corten y talen
muchos árboles. Se puede reciclar todo tipo de papel y de cartón y para su
recogida es importante eliminar cualquier elemento extraño (como por ejemplo,
grapas, cintas adhesivas, plásticos..., etc.).
Chatarra y metal: Son el latón, el
plomo, el cobre, el estaño y el aluminio.
Pilas y baterías: Muchas pilas
contienen metales muy tóxicos y peligrosos para el medio ambiente, por eso, es
tan importante saber que las pilas gastadas que no son recargables se deben depositar
en los contenedores especiales que existen para la recogida de estos productos
en comercios, establecimientos y en las zonas urbanas. O también en un punto limpio.
Pinturas y aceite: Este tipo de
sustancias contienen materiales tóxicos y peligrosos para el hombre, por eso,
se debe respetar el siguiente consejo que consiste en no echar a la basura
aerosoles, esmaltes, aguarrás, tintes y protectores de madera.
Plásticos: Estos materiales NO
son biodegradables. Con el reciclaje de plásticos se reducen residuos
disminuyendo su impacto e influencia en el ambiente.
Vidrios: El reciclado de
vidrios ahorra energía ya que éste siempre se puede reciclar. Para su recogida
se requiere eliminar del vidrio objetos tales como tapones, alambres,
etiquetas..., etc. Se obtienen muchos beneficios gracias al reciclaje del
vidrio, como, la no extracción de materias primas, el menor consumo de energía
y la disminución del volumen de residuos que se deben recoger y eliminar.
Materiales textiles: Lo más extendido
consiste en reutilizar estos tejidos en rastrillos de carácter benéfico o en
tiendas o en contenedores especiales donde se puede recoger ropa y zapatos como
en las tiendas de ropa de segunda mano.
Materia orgánica: La materia orgánica
de origen doméstico (restos de comida) y la de origen vegetal (césped,
ramas...) puede reciclarse y convertirse en material utilizable para el abono
de la tierra, para la recuperación del suelo erosionado, desgastado o devastado
por el fuego, el viento, las lluvias torrenciales... etc.